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El ROI en IA
A diferencia de lo que ocurre con la mayoría de las herramientas tecnológicas, los líderes no necesitan ser persuadidos para priorizar el gasto en inteligencia artificial (IA). No obstante, esa inversión conlleva la presión de justificar que realmente ha valido la pena. El gran problema, sin embargo, es que todavía es pronto para evaluar con precisión el retorno de esa apuesta.
La irrupción de la IA generativa es el mayor punto de inflexión que hemos vivido en tiempos modernos. Su importancia podría igualar, o hasta superar, a las transformaciones impulsadas por internet, los dispositivos móviles o la nube. Aun así, los decisores necesitan más orientación y experiencia para comprender cómo sacar el máximo partido a sus inversiones en esta tecnología.
Sentando las bases para un mayor ROI futuro
Seguimos en una etapa temprana, en la que no hay una única forma correcta de trabajar con la IA. Pese a ello, ya existe un fuerte interés por entender cómo calcular su ROI dentro de las organizaciones. Muchas de ellas exploran una amplia variedad de métricas, como las horas ahorradas y las mejoras en productividad, para valorar al máximo el impacto de la IA, y dar pasos como este para cuantificar su valor resulta fundamental. Pero es igual de importante asimilar que aún estamos en una fase inicial de nuestra relación laboral con la IA. Ahora es el momento de probar, experimentar y asegurarse de que existen las estructuras y la cultura corporativa adecuadas para que esta tecnología prospere, sentando así las bases para un ROI mucho mayor en el futuro.
Agentes virtuales
En este contexto, hasta que las personas y las organizaciones no dominen realmente el uso de la IA, cualquier ROI será limitado. Para obtener un mayor valor de la inversión en esta tecnología, conviene empezar por definir en qué lugar encaja dentro de la empresa, es decir, asignarle un rol claro. Esto puede traducirse en acciones como automatizar flujos de trabajo para reducir tareas repetitivas, manteniendo a las personas en el centro al potenciar su productividad. Por ejemplo, en Atlassian, los Agentes Virtuales de Servicio en Jira han permitido reducir en un 85% la intervención humana en el equipo de TI, de modo que ahora pueden centrarse en tareas estratégicas en lugar de responder preguntas repetitivas o asumir trabajo básico.
Una vez dado ese primer paso, es necesario ir más allá y colaborar con cada unidad de negocio, desde ingeniería, ventas, marketing, recursos humanos hasta legal, para identificar los casos de uso clave donde la IA pueda mejorar la eficiencia y la productividad. En este sentido, para obtener un valor real, los líderes no deben limitarse a impulsar el uso de la IA, sino que han de promover un cambio de mentalidad. En lugar de verla solo como una herramienta, es momento de empezar a considerarla como un miembro más del equipo, que ayuda a las personas a ofrecer mejores resultados.
Colaboradores estratégicos con IA
Nuestro último informe sobre colaboración con IA revela que quienes actúan como “colaboradores estratégicos con IA” obtienen mayores beneficios que los “usuarios ocasionales”. No solo ahorran hasta un día completo de trabajo a la semana, sino que también mejoran la calidad de sus resultados y suelen reinvertir ese tiempo en desarrollar nuevas habilidades. De modo que, alentar la experimentación ayuda a que los empleados integren la IA de forma natural en su día a día, avanzando hacia un uso más estratégico. Para ello, conviene promover una cultura de aprendizaje continuo, mantener al equipo al tanto de las novedades en IA y ofrecerles espacio para explorar y perfeccionar sus aplicaciones. Puede ser tan sencillo como habilitar canales para compartir noticias y avances sobre IA, u organizar charlas técnicas con ingenieros de machine learning que fomenten el intercambio de conocimientos.
Después de todo, la clave para lograr una adopción masiva de la IA a todos los niveles es facilitar al máximo el acceso a estas herramientas, y hacerlo de forma segura. Obtener el máximo ROI de la inversión en IA requiere una estrategia clara que contemple esta tecnología como una apuesta a largo plazo, capaz de generar beneficios sostenidos. Medir ese retorno será cada vez más fácil y directo, pero mientras tanto, es importante adoptar un enfoque iterativo, centrado en el aprendizaje, y seguir invirtiendo en su aplicación dentro de la organización.
La IA ha llegado para quedarse, y como profesionales, nos conviene colaborar con ella, adoptar la mentalidad adecuada y mantenernos firmes en nuestro compromiso con el progreso mientras trabajamos para alcanzar el retorno que buscamos.